martes, 13 de febrero de 2007

Traducción Literaria

El desarrollo del proceso de traducción literaria no es, en principio, diferente del de otras clases de traducción, como son la traducción científico-técnica, legal, bíblica y de otros escritos religiosos, etc. El problema reside en establecer criterios de calidad, criterios que nos permitan calificar el producto de acertado. No se puede juzgar una traducción ni de buena, ni de mala, ya que son juicios subjetivos y globales que bloquean la posibilidad de un análisis detallado. Además, bueno y malo son posiciones extremas que se asemejan a criterios morales que nada tienen que ver cuando juzgamos un producto de la inteligencia y del espíritu humano. Acertado o apropiado como dicen algunos, es un valor relativo, como lo debe ser cualquier valoración sobre una realización humana, que un traductor crea (por un contrato de trabajo) para que sirva a un lector que adquiere (compra) y utiliza este producto. Como dice Paul Valèry, traducir es producir con medios diferentes efectos análogos.


Sin embargo, para poder valorar objetivamente cualquier traducción literaria, es conveniente ceñirse al marco surgido de una serie de principios generales o de una técnica que pueda utilizarse como guía para ese estudio, así como puntos de referencia para cualquier evaluación.

La traducción literaria además requiere cambios de acuerdo a las diferencias entre las tradiciones literarias de las culturas de partida y llegada, y de acuerdo a la conformidad del estilo del autor y a las normas literarias y lingüísticas del género literario pertinente. Este es el tipo de cambio que influye más en la calidad y que vale la pena examinar.

El contenido de cualquier texto escrito queda realzado por el estilo elegido por el autor del texto. Si el traductor sólo presta importancia al contenido se puede producir un cambio sustancial en la forma. Así cualquier desviación respecto al texto original tiene que justificarse en el texto de la Lengua de Llegada.

El estilo escogido por el autor ejerce una influencia importante en la representación de ideas e imágenes y, en muchos casos, también en el desarrollo del tema.
Es evidente que la traducción literaria requiere un profundo conocimiento de todos los aspectos del TP, especialmente si el traductor tiene que fijar significados indirectos, connotaciones, humor, figuras estilísticas, frases irónicas y referencias culturales o sociales, y evaluar el impacto, es decir, el efecto buscado por el autor en los lectores del texto original, que probablemente tienen diferentes tradiciones, educación y contexto que los lectores de la traducción.


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2007

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